`Picassos´ para Gernika`Picassos´ para Gernika`Picassos´ para Gernika`Picassos´ para Gernika

CARMINA MACEÍN, MARCHANTE Y AMIGA DEL PINTOR, INVITA A LAS INSTITUCIONES VASCAS A NEGOCIAR EL TRASLADO DE LAS OBRAS QUE EXPONE EN SU CASA-MUSEO EN TÁNGER

MAITE REDONDO – Jueves, 1 de Marzo de 2012 – Actualizado a las 05:38h

BILBAO. Carmina Maceín es hija de un importante médico madrileño que la llevaba de niña a veranear a la Costa Azul y el vecino de sombrilla en la playa resultaba que era Pablo Ruiz Picasso. Allí se conocieron y allí comenzaron una relación de amistad que se mantuvo durante toda su vida. Prueba de ello es que Carmina se convirtió en la única intermediaria entre el Estado español y el genial pintor malagueño en la Feria Internacional de Nueva York.

“Siempre he sido una mujer inquieta y apasionada por el arte. En esto coincidía con Picasso y quizás esto fue lo que nos unió”, explica Carmina Maceín a este periódico desde Tánger, donde vive en su Museo de Arte Internacional, que lleva su nombre. Esta mujer, que se relacionó con todos los grandes genios del siglo XX, incluido, por supuesto, Picasso, habita desde hace más de 20 años en una casa de arquitectura clásica marroquí, a la vez museo, rodeada de naturaleza, cuadros, cerámicas y esculturas. La lista de las obras de creadores que se exhiben en este palacio ubicado en la kashbah tangerina es interminable: Jean-Arp, Azpiazu, Braque, Calder, Chillida, Christo, Otto Cavalcanti, Dalí, Genovés, Matisse, Miró, Miralles, Mesa, Josep Maria Roselló, Salleras, Andy Warhol, Viola, Picasso… Precisamente, de este pintor malagueño, posiblemente el creador más inquieto, genial e inabarcable del siglo XX, Maceín conserva bastante obra en cerámica, aguafuertes, obra gráfica…

Picasso nunca viajó a Gernika, pero pintó la obra más estremecedora sobre el bombardeo que nadie podría haber realizado jamás. El artista malagueño reflejó los horrores de la guerra en tonos negros, blancos y grises. Una pintura hecha de formas dramáticas, violentadas, condenadas a la ausencia de color, que hacen del Guernica el manifiesto político del creador más inquieto del siglo XX. El horror que Picasso sintió lo vomitó en este lienzo, que pintó en el transcurso de unas semanas para colgarlo en la Exposición de París de 1937. “Gernika supuso mucho para Picasso. Él no estuvo allí pero reflejó como nadie lo que ocurrió. Gernika le debe mucho a Picasso y Picasso le debe mucho a Gernika. Me gustaría que la obra que poseo de él permaneciera allí”, confiesa esta marchante y propietaria del Museo de Arte Contemporáneo de Tánger.

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Carmina Maceín fundó la emblemática galería Skira, inevitable seña de identidad de Madrid de los 70, considerada la más importante junto con la galería Juana Mordo. En esa época, entabló relación con numerosos artistas, entre ellos, también con Oteiza y con Chillida. Coincidiendo con la Guerra del Golfo, decidió dejar Madrid y montar su propio museo en la antigua medina de Tanger. Como le pasó a otros artistas, se enamoró de la ciudad. “Como siempre he sido tan inquieta, sentí que había llegado el momento de ampliar nuevos horizontes. Encontré Tánger tan diferente a todas las ciudades que había visto antes, que decidí vivir aquí”, explica esta experta y coleccionista de arte en una entrevista telefónica.

Sin embargo, cree que ha llegado ya el momento de volver a su tierra porque, según confiesa, siente cierta melancolía. “Me estoy haciendo mayor y me gustaría regresar. Tengo una deuda con Picasso por lo que me gustaría que toda su obra pudiera quedarse en Gernika. Hago un llamamiento para intentar llegar a un acuerdo para que todo esta obra se quede en el País vasco”.

Carmina Maceín, que estudiaba Derecho y Medicina durante tres años, decidió dejar la universidad al conocer al pintor malagueño, artista por el cual comenzó a sentir una gran admiración. Según explica, trabajó intensamente en representarle, comenzando con ser su única intermediaria entre el Gobierno de Franco y el propio Pablo Picasso, del cual consiguió (a pesar de sus diferentes ideologías políticas) que representase a España en el Pabellón español en Nueva York con los tres famosos cuadros del Pintor y su modelo, hoy ubicados en el Centro Reina Sofía de Madrid.

En el sueño de Carmina también colaboran artistas como el pintor tarraconense José Mª Roselló Virgili, discípulo de Picasso. En Iruñea, su amiga y antigua compañera en la galería Skira, Paula Gutiérrez, apoya también esta vieja aspiración de Carmina. “Picasso y Carmina siempre han mantenido una relación especial. Era un hombre visceral y ella es una mujer con un carácter muy fuerte, con mucha fuerza. Era lógico que se cayeran bien”.

¿Qué es lo que pretende Maceín? “Desgraciadamente, el Guernica no se puede ver en Gernika. Sería estupendo, pero, de momento, no parece que haya posibilidades de que vaya a suceder. Carmina ha pensado que podría haber un pequeño museo homenaje a Picasso. Estaría dispuesta a llegar a un acuerdo económico para ceder las obras. Es cuestión de hablarlo. Quiero ayudarla para que su sueño se pueda hacer realidad”.

FUENTE : http://www.deia.com/2012/03/01/ocio-y-cultura/cultura/picasso-tendria-que-tener-su-museo-en-gernika-supuso-mucho-para-el

CARMINA MACEÍN, MARCHANTE Y AMIGA DEL PINTOR, INVITA A LAS INSTITUCIONES VASCAS A NEGOCIAR EL TRASLADO DE LAS OBRAS QUE EXPONE EN SU CASA-MUSEO EN TÁNGER

MAITE REDONDO – Jueves, 1 de Marzo de 2012 – Actualizado a las 05:38h

BILBAO. Carmina Maceín es hija de un importante médico madrileño que la llevaba de niña a veranear a la Costa Azul y el vecino de sombrilla en la playa resultaba que era Pablo Ruiz Picasso. Allí se conocieron y allí comenzaron una relación de amistad que se mantuvo durante toda su vida. Prueba de ello es que Carmina se convirtió en la única intermediaria entre el Estado español y el genial pintor malagueño en la Feria Internacional de Nueva York.

“Siempre he sido una mujer inquieta y apasionada por el arte. En esto coincidía con Picasso y quizás esto fue lo que nos unió”, explica Carmina Maceín a este periódico desde Tánger, donde vive en su Museo de Arte Internacional, que lleva su nombre. Esta mujer, que se relacionó con todos los grandes genios del siglo XX, incluido, por supuesto, Picasso, habita desde hace más de 20 años en una casa de arquitectura clásica marroquí, a la vez museo, rodeada de naturaleza, cuadros, cerámicas y esculturas. La lista de las obras de creadores que se exhiben en este palacio ubicado en la kashbah tangerina es interminable: Jean-Arp, Azpiazu, Braque, Calder, Chillida, Christo, Otto Cavalcanti, Dalí, Genovés, Matisse, Miró, Miralles, Mesa, Josep Maria Roselló, Salleras, Andy Warhol, Viola, Picasso… Precisamente, de este pintor malagueño, posiblemente el creador más inquieto, genial e inabarcable del siglo XX, Maceín conserva bastante obra en cerámica, aguafuertes, obra gráfica…

Picasso nunca viajó a Gernika, pero pintó la obra más estremecedora sobre el bombardeo que nadie podría haber realizado jamás. El artista malagueño reflejó los horrores de la guerra en tonos negros, blancos y grises. Una pintura hecha de formas dramáticas, violentadas, condenadas a la ausencia de color, que hacen del Guernica el manifiesto político del creador más inquieto del siglo XX. El horror que Picasso sintió lo vomitó en este lienzo, que pintó en el transcurso de unas semanas para colgarlo en la Exposición de París de 1937. “Gernika supuso mucho para Picasso. Él no estuvo allí pero reflejó como nadie lo que ocurrió. Gernika le debe mucho a Picasso y Picasso le debe mucho a Gernika. Me gustaría que la obra que poseo de él permaneciera allí”, confiesa esta marchante y propietaria del Museo de Arte Contemporáneo de Tánger.

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Carmina Maceín fundó la emblemática galería Skira, inevitable seña de identidad de Madrid de los 70, considerada la más importante junto con la galería Juana Mordo. En esa época, entabló relación con numerosos artistas, entre ellos, también con Oteiza y con Chillida. Coincidiendo con la Guerra del Golfo, decidió dejar Madrid y montar su propio museo en la antigua medina de Tanger. Como le pasó a otros artistas, se enamoró de la ciudad. “Como siempre he sido tan inquieta, sentí que había llegado el momento de ampliar nuevos horizontes. Encontré Tánger tan diferente a todas las ciudades que había visto antes, que decidí vivir aquí”, explica esta experta y coleccionista de arte en una entrevista telefónica.

Sin embargo, cree que ha llegado ya el momento de volver a su tierra porque, según confiesa, siente cierta melancolía. “Me estoy haciendo mayor y me gustaría regresar. Tengo una deuda con Picasso por lo que me gustaría que toda su obra pudiera quedarse en Gernika. Hago un llamamiento para intentar llegar a un acuerdo para que todo esta obra se quede en el País vasco”.

Carmina Maceín, que estudiaba Derecho y Medicina durante tres años, decidió dejar la universidad al conocer al pintor malagueño, artista por el cual comenzó a sentir una gran admiración. Según explica, trabajó intensamente en representarle, comenzando con ser su única intermediaria entre el Gobierno de Franco y el propio Pablo Picasso, del cual consiguió (a pesar de sus diferentes ideologías políticas) que representase a España en el Pabellón español en Nueva York con los tres famosos cuadros del Pintor y su modelo, hoy ubicados en el Centro Reina Sofía de Madrid.

En el sueño de Carmina también colaboran artistas como el pintor tarraconense José Mª Roselló Virgili, discípulo de Picasso. En Iruñea, su amiga y antigua compañera en la galería Skira, Paula Gutiérrez, apoya también esta vieja aspiración de Carmina. “Picasso y Carmina siempre han mantenido una relación especial. Era un hombre visceral y ella es una mujer con un carácter muy fuerte, con mucha fuerza. Era lógico que se cayeran bien”.

¿Qué es lo que pretende Maceín? “Desgraciadamente, el Guernica no se puede ver en Gernika. Sería estupendo, pero, de momento, no parece que haya posibilidades de que vaya a suceder. Carmina ha pensado que podría haber un pequeño museo homenaje a Picasso. Estaría dispuesta a llegar a un acuerdo económico para ceder las obras. Es cuestión de hablarlo. Quiero ayudarla para que su sueño se pueda hacer realidad”.

FUENTE : http://www.deia.com/2012/03/01/ocio-y-cultura/cultura/picasso-tendria-que-tener-su-museo-en-gernika-supuso-mucho-para-el

CARMINA MACEÍN, MARCHANTE Y AMIGA DEL PINTOR, INVITA A LAS INSTITUCIONES VASCAS A NEGOCIAR EL TRASLADO DE LAS OBRAS QUE EXPONE EN SU CASA-MUSEO EN TÁNGER

MAITE REDONDO – Jueves, 1 de Marzo de 2012 – Actualizado a las 05:38h

BILBAO. Carmina Maceín es hija de un importante médico madrileño que la llevaba de niña a veranear a la Costa Azul y el vecino de sombrilla en la playa resultaba que era Pablo Ruiz Picasso. Allí se conocieron y allí comenzaron una relación de amistad que se mantuvo durante toda su vida. Prueba de ello es que Carmina se convirtió en la única intermediaria entre el Estado español y el genial pintor malagueño en la Feria Internacional de Nueva York.

“Siempre he sido una mujer inquieta y apasionada por el arte. En esto coincidía con Picasso y quizás esto fue lo que nos unió”, explica Carmina Maceín a este periódico desde Tánger, donde vive en su Museo de Arte Internacional, que lleva su nombre. Esta mujer, que se relacionó con todos los grandes genios del siglo XX, incluido, por supuesto, Picasso, habita desde hace más de 20 años en una casa de arquitectura clásica marroquí, a la vez museo, rodeada de naturaleza, cuadros, cerámicas y esculturas. La lista de las obras de creadores que se exhiben en este palacio ubicado en la kashbah tangerina es interminable: Jean-Arp, Azpiazu, Braque, Calder, Chillida, Christo, Otto Cavalcanti, Dalí, Genovés, Matisse, Miró, Miralles, Mesa, Josep Maria Roselló, Salleras, Andy Warhol, Viola, Picasso… Precisamente, de este pintor malagueño, posiblemente el creador más inquieto, genial e inabarcable del siglo XX, Maceín conserva bastante obra en cerámica, aguafuertes, obra gráfica…

Picasso nunca viajó a Gernika, pero pintó la obra más estremecedora sobre el bombardeo que nadie podría haber realizado jamás. El artista malagueño reflejó los horrores de la guerra en tonos negros, blancos y grises. Una pintura hecha de formas dramáticas, violentadas, condenadas a la ausencia de color, que hacen del Guernica el manifiesto político del creador más inquieto del siglo XX. El horror que Picasso sintió lo vomitó en este lienzo, que pintó en el transcurso de unas semanas para colgarlo en la Exposición de París de 1937. “Gernika supuso mucho para Picasso. Él no estuvo allí pero reflejó como nadie lo que ocurrió. Gernika le debe mucho a Picasso y Picasso le debe mucho a Gernika. Me gustaría que la obra que poseo de él permaneciera allí”, confiesa esta marchante y propietaria del Museo de Arte Contemporáneo de Tánger.

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Carmina Maceín fundó la emblemática galería Skira, inevitable seña de identidad de Madrid de los 70, considerada la más importante junto con la galería Juana Mordo. En esa época, entabló relación con numerosos artistas, entre ellos, también con Oteiza y con Chillida. Coincidiendo con la Guerra del Golfo, decidió dejar Madrid y montar su propio museo en la antigua medina de Tanger. Como le pasó a otros artistas, se enamoró de la ciudad. “Como siempre he sido tan inquieta, sentí que había llegado el momento de ampliar nuevos horizontes. Encontré Tánger tan diferente a todas las ciudades que había visto antes, que decidí vivir aquí”, explica esta experta y coleccionista de arte en una entrevista telefónica.

Sin embargo, cree que ha llegado ya el momento de volver a su tierra porque, según confiesa, siente cierta melancolía. “Me estoy haciendo mayor y me gustaría regresar. Tengo una deuda con Picasso por lo que me gustaría que toda su obra pudiera quedarse en Gernika. Hago un llamamiento para intentar llegar a un acuerdo para que todo esta obra se quede en el País vasco”.

Carmina Maceín, que estudiaba Derecho y Medicina durante tres años, decidió dejar la universidad al conocer al pintor malagueño, artista por el cual comenzó a sentir una gran admiración. Según explica, trabajó intensamente en representarle, comenzando con ser su única intermediaria entre el Gobierno de Franco y el propio Pablo Picasso, del cual consiguió (a pesar de sus diferentes ideologías políticas) que representase a España en el Pabellón español en Nueva York con los tres famosos cuadros del Pintor y su modelo, hoy ubicados en el Centro Reina Sofía de Madrid.

En el sueño de Carmina también colaboran artistas como el pintor tarraconense José Mª Roselló Virgili, discípulo de Picasso. En Iruñea, su amiga y antigua compañera en la galería Skira, Paula Gutiérrez, apoya también esta vieja aspiración de Carmina. “Picasso y Carmina siempre han mantenido una relación especial. Era un hombre visceral y ella es una mujer con un carácter muy fuerte, con mucha fuerza. Era lógico que se cayeran bien”.

¿Qué es lo que pretende Maceín? “Desgraciadamente, el Guernica no se puede ver en Gernika. Sería estupendo, pero, de momento, no parece que haya posibilidades de que vaya a suceder. Carmina ha pensado que podría haber un pequeño museo homenaje a Picasso. Estaría dispuesta a llegar a un acuerdo económico para ceder las obras. Es cuestión de hablarlo. Quiero ayudarla para que su sueño se pueda hacer realidad”.

FUENTE : http://www.deia.com/2012/03/01/ocio-y-cultura/cultura/picasso-tendria-que-tener-su-museo-en-gernika-supuso-mucho-para-el

CARMINA MACEÍN, MARCHANTE Y AMIGA DEL PINTOR, INVITA A LAS INSTITUCIONES VASCAS A NEGOCIAR EL TRASLADO DE LAS OBRAS QUE EXPONE EN SU CASA-MUSEO EN TÁNGER

MAITE REDONDO – Jueves, 1 de Marzo de 2012 – Actualizado a las 05:38h

BILBAO. Carmina Maceín es hija de un importante médico madrileño que la llevaba de niña a veranear a la Costa Azul y el vecino de sombrilla en la playa resultaba que era Pablo Ruiz Picasso. Allí se conocieron y allí comenzaron una relación de amistad que se mantuvo durante toda su vida. Prueba de ello es que Carmina se convirtió en la única intermediaria entre el Estado español y el genial pintor malagueño en la Feria Internacional de Nueva York.

“Siempre he sido una mujer inquieta y apasionada por el arte. En esto coincidía con Picasso y quizás esto fue lo que nos unió”, explica Carmina Maceín a este periódico desde Tánger, donde vive en su Museo de Arte Internacional, que lleva su nombre. Esta mujer, que se relacionó con todos los grandes genios del siglo XX, incluido, por supuesto, Picasso, habita desde hace más de 20 años en una casa de arquitectura clásica marroquí, a la vez museo, rodeada de naturaleza, cuadros, cerámicas y esculturas. La lista de las obras de creadores que se exhiben en este palacio ubicado en la kashbah tangerina es interminable: Jean-Arp, Azpiazu, Braque, Calder, Chillida, Christo, Otto Cavalcanti, Dalí, Genovés, Matisse, Miró, Miralles, Mesa, Josep Maria Roselló, Salleras, Andy Warhol, Viola, Picasso… Precisamente, de este pintor malagueño, posiblemente el creador más inquieto, genial e inabarcable del siglo XX, Maceín conserva bastante obra en cerámica, aguafuertes, obra gráfica…

Picasso nunca viajó a Gernika, pero pintó la obra más estremecedora sobre el bombardeo que nadie podría haber realizado jamás. El artista malagueño reflejó los horrores de la guerra en tonos negros, blancos y grises. Una pintura hecha de formas dramáticas, violentadas, condenadas a la ausencia de color, que hacen del Guernica el manifiesto político del creador más inquieto del siglo XX. El horror que Picasso sintió lo vomitó en este lienzo, que pintó en el transcurso de unas semanas para colgarlo en la Exposición de París de 1937. “Gernika supuso mucho para Picasso. Él no estuvo allí pero reflejó como nadie lo que ocurrió. Gernika le debe mucho a Picasso y Picasso le debe mucho a Gernika. Me gustaría que la obra que poseo de él permaneciera allí”, confiesa esta marchante y propietaria del Museo de Arte Contemporáneo de Tánger.

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Carmina Maceín fundó la emblemática galería Skira, inevitable seña de identidad de Madrid de los 70, considerada la más importante junto con la galería Juana Mordo. En esa época, entabló relación con numerosos artistas, entre ellos, también con Oteiza y con Chillida. Coincidiendo con la Guerra del Golfo, decidió dejar Madrid y montar su propio museo en la antigua medina de Tanger. Como le pasó a otros artistas, se enamoró de la ciudad. “Como siempre he sido tan inquieta, sentí que había llegado el momento de ampliar nuevos horizontes. Encontré Tánger tan diferente a todas las ciudades que había visto antes, que decidí vivir aquí”, explica esta experta y coleccionista de arte en una entrevista telefónica.

Sin embargo, cree que ha llegado ya el momento de volver a su tierra porque, según confiesa, siente cierta melancolía. “Me estoy haciendo mayor y me gustaría regresar. Tengo una deuda con Picasso por lo que me gustaría que toda su obra pudiera quedarse en Gernika. Hago un llamamiento para intentar llegar a un acuerdo para que todo esta obra se quede en el País vasco”.

Carmina Maceín, que estudiaba Derecho y Medicina durante tres años, decidió dejar la universidad al conocer al pintor malagueño, artista por el cual comenzó a sentir una gran admiración. Según explica, trabajó intensamente en representarle, comenzando con ser su única intermediaria entre el Gobierno de Franco y el propio Pablo Picasso, del cual consiguió (a pesar de sus diferentes ideologías políticas) que representase a España en el Pabellón español en Nueva York con los tres famosos cuadros del Pintor y su modelo, hoy ubicados en el Centro Reina Sofía de Madrid.

En el sueño de Carmina también colaboran artistas como el pintor tarraconense José Mª Roselló Virgili, discípulo de Picasso. En Iruñea, su amiga y antigua compañera en la galería Skira, Paula Gutiérrez, apoya también esta vieja aspiración de Carmina. “Picasso y Carmina siempre han mantenido una relación especial. Era un hombre visceral y ella es una mujer con un carácter muy fuerte, con mucha fuerza. Era lógico que se cayeran bien”.

¿Qué es lo que pretende Maceín? “Desgraciadamente, el Guernica no se puede ver en Gernika. Sería estupendo, pero, de momento, no parece que haya posibilidades de que vaya a suceder. Carmina ha pensado que podría haber un pequeño museo homenaje a Picasso. Estaría dispuesta a llegar a un acuerdo económico para ceder las obras. Es cuestión de hablarlo. Quiero ayudarla para que su sueño se pueda hacer realidad”.

FUENTE : http://www.deia.com/2012/03/01/ocio-y-cultura/cultura/picasso-tendria-que-tener-su-museo-en-gernika-supuso-mucho-para-el

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